[2007] - Olga Zubarry, la actriz argentina que más películas filmó, la dueña de aquella espalda que se hizo famosísima hace sesenta años, en la película "El ángel desnudo", es vecina de San Isidro y charló con nosotros, aunque prácticamente no da entrevistas. Accedió al encuentro pero no quiso hablar de su impecable trayectoria artística, sino de la obra solidaria de la cual es madrina y que desde hace varios años ocupa gran parte de su tiempo.
A mediados de la década del ’70, un grupo de alumnos del Colegio José Hernández de Villa Ballester, impulsados y guiados por el gran profesor Juan Von Engels, formaron la invalorable obra que hoy es M.A.M.A. (Mis alumnos más amigos). Esta entidad ha logrado a lo largo de estos años, y gracias al esfuerzo de todos sus integrantes, edificar dos hogares para albergar a niños y jóvenes, manejar dos comedores en barrios carenciados de la zona, construir una plaza pública y concretar una cooperativa de trabajo, en la cual los jóvenes aprenden el oficio de panaderos y fabrican productos de primera calidad en gran escala, para abastecer a las más grandes cadenas de supermercados del país.
Olga Zubarry llegó a M.A.M.A., gracias a una nota periodística que vio un mediodía en un noticiero televisivo. Fue entonces que conoció el gran trabajo y esfuerzo que realizaban los integrantes de este grupo y se comunicó con ellos para ver en que podía colaborar; la invitaron a que se acerque personalmente a ver de cerca la labor que realizaban, así lo hizo y nunca más se separó de ellos, gracias a su presencia en los medios de comunicación, a su tesón y entrega, la institución ha logrado importantes donaciones por parte de empresas que no dudaron en darle una mano a tan noble fin.
“Desde que en el año 1976 -relata Olga- el profesor Von Engels, decidió comenzar a darle forma a esta historia, siempre se planteó que el hogar tendría que funcionar como una verdadera casa de familia, no quería hacer algo masivo, tipo instituto de menores, ni con reglas inflexibles, sino que pensó que sería bueno, tener en cuenta la personalidad y la individualidad de los chicos, por supuesto respetando los límites lógicos de convivencia, como sucede en cualquier casa; hemos juntado por ejemplo a varios grupos de hermanos biológicos, y todos los chicos se sienten realmente hermanos del resto."
"Recién en 1983, luego de varios años de recaudar fondos haciendo de todo y trabajando duro, pudimos poner en funcionamiento el primer hogar de M.A.M.A., el profe Juan y su mujer Anna, se fueron a vivir con los niños que iban llegando derivados de los juzgados porque eran huérfanos o sus padres no podían hacerse cargo de ellos”.
Dos mil socios, comerciantes de la zona, empresas pequeñas, medianas y grandes, supieron entender la bondad, seriedad, esfuerzo y amor con que trabaja M.A.M.A. y hacen su valiosa colaboración para que pueda seguir adelante ayudando a más niños y jóvenes.
"Hemos formado una Cooperativa de trabajo –detalla la madrina de M.A.M.A.- en dónde los jóvenes que no quieren seguir estudiando, pueden aprender un oficio, en este caso el de panadero, pastelero. Nos preocupaba que iba a pasar con los chicos una vez que cumplieran los 21 años, si bien no podíamos obligarlos, en algún momento se tenían que independizar y no debíamos largarlos a la vida a que se defiendan como puedan o sufran, un buen padre no haría eso con un hijo, por otra parte, si lo hubiéramos hecho, podíamos haber tirado por la borda tantos años de amor y trabajo que habíamos invertido para normalizar la vida de esos jóvenes, entonces pensamos en un taller con salida laboral y surgió la idea de instalar una panificadora, empezamos mandando a los chicos a las panaderías de la zona para que aprendan el oficio, luego construimos el edificio, muchas empresas nos ayudaron, contratamos a un maestro panadero y hoy en día la panificadora es manejada íntegramente por los chicos".
Lamentablemente, Juan se fue de este mundo hace ocho años, y a pesar de la enorme tristeza que invadió los corazones de quienes tuvieron el honor de conocerlo, él está presente en la sonrisa de cientos de chicos que son sus hijos de alma y que gracias a su inigualable bondad, pudieron prosperar en la vida, dignificar su existencia, muchos de ellos hoy son adultos, formaron una familia, compraron su casa o están estudiando en la universidad, es decir que lograron forjar un futuro gracias a que en determinado momento de sus vidas apareció M.A.M.A. y los acogió en su fraternal seno para darles amor, esperanza, comprensión, educación y también ponerles límites, como sucede en las verdaderas familias.
Si quiere comunicarse con M.A.M.A. puede llamar al teléfono 4580-6000.
-> Martha Schmidt
