[2006] - Vos sabés amiga, amigo, que los caminos no son fáciles. Que en el andar casi cotidiano por los Comedores, por los barrios, por las casitas, por las familias, por los mundos que cada una encierra, te encontrás muchas veces con más piedras que alegrías, con más necesidades que satisfacciones, con más urgencias que problemas resueltos.
A pesar de algunos macro-indicadores, las cosas, para los sectores más desprotegidos de nuestra querida Argentina, no han mejorado mucho. Aún hay demasiados sectores desplazados que no tienen cubiertas sus necesidades básicas; y cuando digo esto me refiero a cientos y cientos de miles de familias que concretamente no comen lo necesario, ni hablar ya de "alimentarse" como corresponde, no tienen un techo digno, ni trabajos fijos, ni atención sanitaria, servicios básicos, etc., etc.
Por darte un ejemplo concreto, en el populoso Barrio La Cava había hace unos cuatro años poco más de 15 Comedores y Merenderos que intentaban cubrir los enormes "huecos" en donde el Estado no llega. Hoy, de aquellos (más precisamente) 17 lugares de ayuda, sólo subsisten 3 ó 4; todos los demás fueron cerrando sus humildes puertas por falta de recursos... mas NO POR FALTA DE NECESIDADES.
Uno de ellos, de los "pioneros" que aún abre sus puertas desde hace ya 11 años, es nuestro querido Comedor La Casita de la Virgen. Pero con problemas, con muchos problemas que han llevado a reducir los turnos de comida para los chicos. Y aunque nos rompamos la cabeza pensando cómo hacer, cómo poder revertir estas situaciones, como te decía, a veces los caminos no son nada fáciles.
Pero toda moneda tiene dos caras. Y ahí donde a veces uno flaquea, donde a veces te invade cierta desesperanza, ahí, justo ahí, aparecen cosas que te lo renuevan todo, que te borran esas arrugas de la cara y te hacen ver el sol como si nunca lo hubieses visto antes. Tengo ganas, muchas ganas, de contarte de un grupo de médicos, un grupo de profesionales solidarios que empezó a hacerse parte de estas Manos que ayudan a Hermanos.
El Servicio Social de Salud se formó a partir de la crisis del 2001, crisis que tenemos muy fresca en nuestras memorias y que ocasionó la destrucción de una parte de la clase media, condenó a millones de argentinos a vivir por debajo de la línea de pobreza y marginalizó aun más a otros tantos. Distintos grupos de profesionales de la salud comenzaron a ver entonces la necesidad de organizarse para llevar sus conocimientos a quienes ya no tenían acceso a la atención mínima necesaria.
Estos "Médicos Solidarios" (como hoy se los conoce), que fueron surgiendo primero en forma independiente y aislada, en poco tiempo lograron aunar esfuerzos y conformar el Servicio Social de Salud, que a través del voluntariado y en forma absolutamente gratuita para los pacientes, han atendido hasta la fecha a más de 80.000 personas en todo el país, chicos en su mayoría, que no tenían cobertura o habían quedado al margen de la asistencia estatal y más aún de la privada.
Hoy son más de 100 los médicos voluntarios que desarrollan sus tareas solidarias en los sectores más vulnerables.
Un grupo de ellos comenzó a visitar La Cava, concientes de la profundas necesidades y condiciones de aislamiento y hacinamiento que vive el barrio, y tomó a nuestra querida Casita de la Virgen como referente y "lugar de operaciones" desde donde comenzar a desarrollar su tarea con al barrio.
Hoy, a poco tiempo de aquellas primeras reuniones en "La Casita", ya estamos trabajando juntos, codo a codo, planificando las etapas, debatiendo las prioridades, y viendo de qué manera encarar el desafío que se nos plantea.
Y no es menor este desafío: un barrio que se estima ya pasó hace rato los 12.000 habitantes, con un promedio de 4,9 personas por vivienda, con casas de construcción precaria, muchas de ellas de madera y cartón prensado como material predominante, o de material a medio terminar, techos de chapa de zinc, pisos de tierra, y la mayoría sin red sanitaria instalada. Es característica común la cantidad insuficiente de ambientes como así también las reducidas medidas de los mismos, lo que hace que el hacinamiento sea una constante. En la mayoría de los casos los baños son precarios, ubicados en el exterior de las viviendas, sin las instalaciones mínimas. Otros factores predominantes son la escasa ventilación y la falta de espacio físico que determina la multifuncionalidad del ambiente.
El barrio se fue conformando -y reviste la misma característica en la actualidad- sin ningún plan previo de urbanización. Las vías de acceso (salvo las dos calles principales) son estrechos pasillos de tierra, escombro mejorado o baldosones de cemento, bordeados de zanjas que funcionan como desagües pluviales y cloacales.
Dado que los espacios de circulación y transitabilidad son los mínimos indispensables, resulta casi imposible pensar en una diagramación edilicia acorde a la densidad de población y que permita la existencia de pulmones de aire.
Gran parte del abastecimiento de agua corriente se hace por medio de cañerías aéreas ubicadas sobre las casas, y a través de canillas de uso público. Los pozos ciegos son poco profundos y las letrinas llegan rápidamente a la napa freática. Para la recolección de residuos domiciliarios hay contenedores -que resultan insuficientes- en las intersecciones laterales del barrio, lo que genera basurales donde proliferan las ratas y en donde muchas veces, justamente por la falta de espacio, se convierten en los "jardines" en donde juegan los chicos.
Las condiciones de precariedad en cuanto a la atención y cuidado de la salud están directamente relacionadas con la falta de higiene y con una alimentación por lo general inadecuada e insuficiente. Como enfermedades sociales podemos mencionar la presencia (creciente en los últimos 10 años) de jóvenes con HIV.
Como les decía amigos, la situación no es fácil, el desafío es grande... pero mayores son las ganas de ayudar y crecer, crecer y creer que es posible, sobre todo cuando vos estás ahí y no aflojás, o cuando aparecen amigos como éstos, que te vienen a dar fuerza y a decir que en el camino... ¡somos mucho más que dos!
Lo primero que se hizo fue juntar medicamentos y armar un botiquín con lo básico, luego comenzar a hacer la ficha de cada paciente como para poder lograr, con el tiempo, que cada uno tenga su historia clínica. A partir de ahí y de una primera "revisación general", armar un orden de prioridades y urgencias según los casos y, en el caso especifico de los chicos, controlar sus pesos y sus tallas.
Quisiera nombrarte aunque sea a algunos de los médicos solidarios, de estos nuevos amigos que tiene "La Casita" y que ya empezaron a ser parte de su historia: Dr. EduardoCau (odontólogo), Dra. NoraRaschi (fonoaudióloga), Dr. RicardoGotthieb (traumatólogo), Dra. SusanaOrtizPareja (asistente), Dr. MarioCyminsky (ginecólogo y obstetra).
Amigos, la vida esta llena de caminos. Éste es uno que empezó hace poco, pero que ya promete traer muchas cosas importantes y esperanzadoras. Nuevas manos que se juntan a las tuyas y empiezan a formar parte de las nuestras, de esas manos compartidas que se transforman en una sola.
En nombre de todos... ¡GRACIAS "MÉDICOS SOLIDARIOS" POR VENIR A CASA!
