[2006] - "Payasos sin Fronteras" es una asociación sin fines de lucro que nació en España y actualmente tiene sede en todo el mundo, inclusive en nuestro país. El clown GregorioLafont, un trotamundos en este arte, nació y vivió toda su vida en la localidad de Villa Adelina y desde allí nos cuenta los pormenores de esta institución.
"Payasos sin Fronteras" se fundó en 1993 y nació como consecuencia de una necesidad manifestada por un grupo de educadores, que desarrollaban un programa de educación para la paz en escuelas de Cataluña, España. En este marco se invitó al artista TortellPoltrona a actuar en el campo de refugiados de Veli Joze (Savudrija) en Croacia, el 26 de Febrero de 1993.
Tras esta experiencia en la que se demostró la utilidad de las actividades artísticas y socio-educativas para mejorar la situación psicológica de poblaciones postconflicto (especialmente infancia), se establecieron las bases para la constitución de la entidad.
GregorioLafont, es un joven clown y malabarista argentino, que recorría el mundo en busca de nuevas vivencias, hasta que en el año 1999 dio con esta agrupación solidaria en Barcelona y trabajó para ellos en distintas ciudades de Europa del Este, donde la situación era muy dura.
Fue así, que este "payaso" -como le gusta que lo llamen-, pensó que sería bueno que esa institución trabajara también en nuestro país y fue así que "Payasos sin Fronteras", hoy tiene sede en Argentina y está compuesta por casi 100 payasos, malabaristas y voluntarios.
Acerca de la finalidad que persigue esta agrupación, Gregorio le explica a la cronista: "Hacer reir es nuestro principal objetivo, te diría que es la columna vertebral de nuestro trabajo. La risa posibilita el reequilibrio psicológico colectivo de poblaciones refugiadas, desplazadas, o crónicamente excluídas. Los espectáculos que los grupos de artistas profesionales realizamos en los proyectos, ayudan a desbloquear psicológicamente a la población mediante la risa; estos espectáculos se adaptan al contexto específico en el que viven los beneficiarios, imaginate que no es lo mismo trabajar en un hospital, que en un barrio carenciado o que en un país en guerra".
Como destinatarios fundamentales de los proyectos son niños, el payaso, según el reglamento de la entidad, no hará distinciones entre ellos por cuestiones de raza, edad, religión, cultura, situación social o cualquier otro hecho diferencial, a la hora de ofrecer y aportar su trabajo. Por otra parte, aseguran que los payasos tienen prohibido recibir cualquier tipo de recompensa por la tarea solidaria para la que fueron destinados.
"En realidad –detalla el Clown argentino- lo que hacemos son como talleres terapéuticos y los llevamos adelante a través de nuestra tarea como artistas, yo te aseguro que es sumamente difícil hacer reir a personas que están viviendo en medio de crisis profundas, el tema es desbloquear esa imposibilidad que tienen para poder reirse y luego abordar la ayuda desde distintas áreas, muchas veces trabajamos mancomunadamente con educadores, médicos, trabajadores sociales, y con instituciones de bien público".
Nada de superficial tiene el trabajo de estos "payasos" solidarios ya que en el estatuto de la institución, establecen que, como ellos ven y comparten situaciones difíciles, se convierten en testigos de excepción, debiendo también convertirse, en portavoz de denuncias, en caso de tener noticia de situaciones de injusticia.
"Somos casi cien los que integramos esta institución en nuestro país y te aseguro que cada vez nos llaman de más lugares y no podemos cubrir todos los requerimientos, es muy gratificante poder transformar el dolor en una sonrisa, no tiene precio llevarle alegría a los chicos a los que les toca de arranque, vivir una vida difícil, verlos reir es para nosotros la mejor retribución, tan solo para eso trabajamos", remata este gran payaso argentino.