La masonería es una pseudoreligión con templos, altares, oraciones, un código moral, culto, vestimentas rituales, días festivos, la promesa de retribución después de la muerte, jerarquía, ritos de iniciación y ritos fúnebres.
Según declarara Pablo Lázaro, Gran Maestre de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, cuando estaban por definirse los comicios presidenciales en la Argentina en 2023, había masones en las filas de ambas alianzas en pugna por lo que ganara quien ganara, tenían asegurada su presencia en el nuevo gobierno. El mismo Lázaro declaró en 2025 que hay masones en los tres poderes del Estado y en todos los partidos políticos, como los ha habido desde hace muchos años, lo que explica no pocas leyes y reformas institucionales que alejan a la Argentina de sus indiscutibles orígenes católicos. La masonería termina por imponerse en las argumentaciones y principios de los políticos, aunque estén, aparentemente, en las antípodas.
Los masones han militado por la educación laica, la cremación de los muertos, la promoción de la anticoncepción, el divorcio, el aborto, la eutanasia, el "matrimonio" entre personas del mismo sexo, la eliminación de símbolos cristianos en ámbitos públicos, entre otras expresiones de la destrucción social en el mundo.
Algunas conocidas figuras de la política, las artes, el deporte, han sido masones. Los actores estadounidenses Douglas Fairbanks, Harold Lloyd, John Wayne, Clark Gable, Roy Rogers, Glenn Ford, Peter Sellers, el cantante argentino Adrián Otero y el famoso Mario Moreno "Cantinflas". También fueron masones los escritores Mark Twain y Arthur Conan Doyle, los políticos estadounidenses George Washington, Benjamín Franklin, Theodore Roosevelt, Franklin D. Roosevelt, Gerald Ford, HarryTruman, Edgar Hoover, el piloto Charles Lindbergh, el astronauta Edwin "Buzz" Aldrin, el empresario Henry Ford, los políticos argentinos Valentín "Domingo Faustino" Sarmiento, Bartolomé Mitre, Julio A. Roca, Hipólito Yrigoyen, José RoquePérez, Juan Martín de Pueyrredon, Dardo Rocha, Raúl Alfonsín, Leandro N. Alem, Carlos Pellegrini, Justo José de Urquiza, Arturo Umberto Illia, los políticos chilenos Salvador Allende y Augusto Pinochet, y el presidente uruguayo Tabaré Vázquez, por citar a algunos.
Según el titular de la masonería argentina en el país el 0,02% de la población integra alguna de las 400 logias. Puede parecer poco, pero son unos 10.000 masones entre los cuales no son pocos en ámbitos decisivos de la realidad argentina.
El nombre de masones nace del antiguo gremio de los artesanos que trabajaban en la construcción de grandes obras. Con el tiempo comenzaron a recibir miembros que no eran constructores de oficio y que se hicieron luego mayoría. Pasaron a ser fraternidades para hacer contactos de negocios y discutir las nuevas ideas que se propagaban en Europa.
La masonería se fundó hace algo más de 200 años, en 1717, con la unión en Londres de cuatro gremios para formar la Gran Logia de Masónica. En Francia se fundó en 1736 "El Gran Oriente de Francia". Mezclaron las enseñanzas de las antiguas religiones y supersticiones paganas para crear una nueva "gnosis" propia de personas ascendidas a un nivel superior.
La masonería se propone como la nueva "religión universal" mientras que el cristianismo es relegado a la categoría de sectas, aunque no lo expresen públicamente de ese modo. La masonería no solo explota la animosidad contra la Iglesia y el anticlericalismo sino que los fomenta e institucionaliza.
Creencias, doctrina y enseñanzas masónicas
El corazón de la masonería está en su simbolismo, su hermetismo, su mandato de ayuda mutua y sus ritos secretos. Las largas ceremonias se realizan utilizando un léxico, una indumentaria particular y la presencia de numerosos símbolos.
Para los masones ni la verdad, el error, el pecado, la norma, la ética, la moral, son valores absolutos e inmutables. Todo es relativo. El masón rechaza cualquier verdad dogmática o moral objetiva. En particular rechazan a la Iglesia Católica como paradigma del dogmatismo.
Para los masones aquel que intenta vivir una fe revelada es sencillamente "un intolerante". No es de extrañar por tanto su anticlericalismo, su oposición a los sacramentos cristianos y su lucha por el laicismo.
La verdadera filosofía masónica es el humanismo secular, una ideología humana proponente del racionalismo y el naturalismo. Según ella, la naturaleza está guiada por la razón que lleva por sí sola a toda la verdad y, consecuentemente, a una utopía de libertad, igualdad y fraternidad. La filosofía masónica es precursora de la Revolución Francesa y aparece más tarde en la filosofía comunista.
Jesús según la masonería
Algunos masones dicen "creer" en Jesucristo, pero no creen en Él según el sentido cristiano que lo reconoce como una de las personas de la Santísima Trinidad. Ellos lo consideran como el apóstol de la humanidad por haber superado el fanatismo de los romanos y de los sacerdotes.
La masonería tiene una extensa jerarquía compuesta por 33 grados. El masón "Aprendiz" (1º grado) jura: "No revelaré ninguno de los secretos de la masonería, bajo pena de que me corten el cuello". El masón "Compañero" (2º grado) jura: "No revelaré jamás ninguno de los secretos de la masonería a los que no son masones, ni siquiera a los Aprendices, y esto bajo pena de que me arranquen el corazón y de que mi cuerpo sea arrojado a los cuervos".
Al llegar al 30º grado, se debe pisar una tiara papal y la corona real, simbolizando el repudio a sus mayores enemigos, la Iglesia y el Estado. Entonces se jura liberar a la humanidad "de las ataduras del despotismo" (que se refiere, sobre todo a la Iglesia católica).
La oposición de la Iglesia a la masonería se fundamenta en:
Su violación del 1º Mandamiento. Los masones tienen un concepto de la divinidad opuesto al de la revelación judeo-cristiana. No aceptan al Dios Trino, único y verdadero. Su deidad es impersonal. El falso dios de la razón.
Su violación del 2º Mandamiento. El grave abuso de los juramentos en nombre de Dios. Formalmente invocan la deidad en sus ritos de iniciación para sujetar al hombre, bajo sanciones directas, a objetivos contrarios a la voluntad divina.
Su rechazo a la Iglesia Católica, la cual intenta destruir.
Los principales puntos de confrontación, tras el Vaticano II:
El Gran Arquitecto del Universo es un concepto abstracto no un Ser personal.
La moral masona no está ligada a ninguna creencia religiosa en particular; se trata de una moral subjetiva.
El antropocentrismo propio del humanismo masón choca con el teocentrismo cristiano.
La doble moral masona que pregona la libertad absoluta pero exige juramentos iniciáticos e impone normas tremendamente estrictas a sus miembros.
La autonomía de la razón masona frente a la relación fe-razón de la Iglesia.
El esoterismo y el sincretismo masón que pretende nivelar todas las religiones dándole a Jesucristo el papel de gran maestro al mismo nivel que Buda, Mahoma, Zoroastro, etc. pero eliminando su divinidad.
La ambigüedad masona que implica que no es posible conocer la verdad, frente a la revelación cristiana.
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El 24 de abril de 1738 (21 años después de la fundación de la masonería) Clemente XII escribió la primera encíclica contra la masonería ("In eminenti"). Desde entonces ha estado prohibido para los católicos entrar en la masonería. (Los ortodoxos y algunos grupos protestantes también han prohibido en diversas ocasiones la entrada de sus miembros en la masonería).
Algunos puntos de la encíclica Humanum Genus, escrita por León XIII en 1884. Esta es la más extensa y reveladora de las encíclicas que exponen la masonería. Desvela el engaño masónico y sus verdaderos objetivos:
El fin de la masonería es derrocar todo el orden religioso y político del mundo que ha producido la enseñanza cristiana y sustituirlo por un nuevo orden de acuerdo a sus ideas.
Sus ideas proceden de un mero "naturalismo". La doctrina fundamental del naturalismo es que la naturaleza y la razón humana deben ser dueñas y guías de todo.
La masonería reclama ser la religión "natural" del hombre. Por eso dice tener su origen en el comienzo de la historia.
El concepto masón de Dios es opuesto al de la Iglesia Católica. No aceptan de Dios sino un conocimiento puramente filosófico y natural. Niegan que Dios haya enseñado algo.
No aceptan los dogmas de la religión ni la verdad que no puede ser entendida por la inteligencia humana.
La masonería promulga un sincretismo que mezcla desde los misterios de la cábala del antiguo oriente hasta las manipulaciones tecnológicas del modernismo occidental.
El emblema masónico del compás y el cuadrante son símbolos de un racionalismo que pretende identificarse con todo lo que es "natural".
Enseña que la Iglesia Católica es una secta.
Su oposición a la Iglesia Católica antecede a la oposición de la Iglesia contra ella.
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¿Se puede ser masón y católico a la vez?
El Catolicismo es una religión revelada y esencialmente sobrenatural. Por eso la Iglesia debe enseñar con autoridad la doctrina revelada.
La masonería promete la perfección por medio sólo del orden natural y ve el orden natural como el más alto destino.
De lo anterior se concluye que el catolicismo y la masonería son esencialmente opuestos. Si una desistiera de su oposición a la otra, dejaría de ser lo que es.
La encíclica hace una reflexión basada en las "dos ciudades" de San Agustín que representan dos reinos opuestos en guerra. En un lado Jesucristo, en el otro está Satanás. La fuerza detrás de la masonería, causante de sus engaños y su odio a la verdad de Jesús no puede ser sino Satanás, el príncipe de la mentira.
"La última condena de la Santa Sede (hacia la masonería) es del año 1983 y lleva la firma del por aquel entonces prefecto de la Doctrina de la Fe, el cardenal Ratzinger. Aquella condena, que es un simple folio, tiene una frase muy clara, para que no haya confusión: 'El masón está en pecado grave y no puede comulgar'. No estamos hablando de matices", expresó Alberto Bárcena, autor del libro "Iglesia y masonería. Las dos ciudades" (Editorial San Román, 2016) [https://es.scribd.com/document/603521334/Iglesia-y-masoneria-Las-dos-ciudades-by-Alberto-Barcena]
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Otros pronunciamientos de la Iglesia referentes a la masonería
El antiguo Código Canónico del año 1917, condena la masonería explícitamente.
Canon 2335: "Personas que entran en asociaciones de la secta masónica o cualquier otra del mismo tipo que conspire contra la Iglesia y la autoridad civil legítima, contraen excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica".
La Conferencia Episcopal Alemana –luego de estudiar durante 6 años los primeros estadios de pertenencia-, declaró en Julio de1980: “La pertenencia a la masonería pone en duda los fundamentos de la existencia de Cristo; el examen minucioso de los rituales masónicos y de las afirmaciones fundamentales, como también la constatación objetiva de que hoy no ha sufrido ningún cambio la masonería, lleva a esta conclusión obvia: No es compatible la pertenencia a la Iglesia católica y al mismo tiempo a la masonería”.
La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, el 17 de Febrero de 1981, promulgó una clarificación sobre el estado de los católicos que se asocian a la masonería en la que se reafirma la posición tradicional de la Iglesia acerca de la masonería.
El Código Canónico de 1983 no habla explícitamente de la masonería sino que se limita a la siguiente advertencia general contra ese tipo de asociación: Canon 1374: "Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredicho".
[Fuente: Corazones.org / Religión en Libertad / El Tribuno / Telam / eldiarioar.com]