Una misión de alto nivel: Alimentar a quien lo necesita
Cada vez que se piensa en el hambre, en la necesidad más urgente, es lógico estremecerse. Se trata de una urgencia que muchas personas ignoran, porque no comprenden realmente qué significa no tener qué comer o tener poco y posiblemente lo menos conveniente.
Gracias a Dios, la sociedad sensible y organizada logra que una parte del 35% de las familias argentinas que sufren por no poder alimentarse como corresponde, tenga acceso diario a la comida y con ello a un panorama más alentador.
El Banco de Alimentos busca paliar desde hace 24 años el hambre y la malnutrición en el AMBA, con el aporte de empresas donantes y voluntarios, llegando a asistir a más de 1.200 organizaciones sociales.
Con una infraestructura propia y un centro de distribución en Benavides, además del imprescindible trabajo de los voluntarios, todos los días se clasifican los alimentos recibidos que son entregados a sus destinatarios: organizaciones sociales, comedores, merenderos, centros de día, centros asistenciales.
Otro de los aspectos fundamentales de la entidad es luchar contra el desperdicio de alimentos, ya que, según se estima, millones de personas podrían ser alimentadas con lo que, por distintos motivos, se desecha.
Finalmente, se destaca un tercer objetivo del Banco de Alimentos referido a la entrega de alimentos que tengan gran valor nutricional. Este año la intención es triplicar el consumo de legumbres. Por ese motivo se asiste a las organizaciones para que sepan cómo incorporarlas en recetas creativas y atractivas. Trabajar en este sentido es una forma de alimentar y mejorar la salud y la calidad de vida de la sociedad menos favorecida. La educación alimentaria es fundamental.