[2005] - Sólo imaginar lo que significa no poder escuchar la voz de la gente que uno quiere o la música, seguramente estremece a cualquiera de nosotros, los que sí podemos hacerlo.
Pero todo podría ser peor para muchos, si no hubiera gente como Marcela Barros y aquellos que se contagian con su entusiasmo y su misión. Marcela es profesora de sordos y de perturbados del lenguaje. Tiene 43 años y 26 años de trabajo con chicos sordos.
La sordera puede ser genética, hereditaria, adquirida por enfermedades -como la meningitis- o a consecuencia de la ingesta de alguna medicación. Esta deficiencia puede detectarse -y es recomendable- en el momento del nacimiento.
Según la experiencia de esta profesional cuanto antes pueda comenzarse a trabajar con el bebé sordo, mayores posibilidades hay de que logre ir a una escuela común. A su criterio la detección luego del año, es haber perdido un tiempo muy valioso.
La realidad de la sordera en la Argentina es que se llega tarde a la detección y al equipamiento, y quien no tiene dinero lleva a su hijo a una escuela con lengua de señas, ya que una institución que los ayude a comunicarse con la palabra hablada cobra alrededor de 1.200 pesos mensuales... Y un implante coclear cuesta uno 20.000 dólares.
Desafortunadamente las áreas de Acción Social se ocupan de los trámites por audífonos, pero demoran demasiado, y eso va en perjuicio directo de una integración social más plena.
En su dedicación por la educación e integración social y escolar del niño hipoacúsico Marcela considera que esto se logra mucho mas con el habla que con el lenguaje de señas.
Pero su proyecto -"Niños y Abuelos deseosos de escuchar"- está en marcha y los resultados son alentadores: Hasta el momento son 229 personas, entre niños y adultos, que recibieron de ella audífonos, elementos importados que cuestan entre 1.000 y 6.000 pesos y que ella obtiene de la generosidad de personas que entienden la importancia de este esfuerzo.
Y además reciben su ayuda 4 escuelas especiales: ERIPLA en Beccar, la Escuela Nº 502 en Boulogne, la Escuela Nº 504 en Del Viso y la Escuela Nº 505 en San Martín.
Los pacientes se suelen poner en contacto luego de haber sabido de su constante trabajo a través de la Red Solidaria (de Juan Carr), de Caritas, de fonoaudiólogos, de entrevistas en medios y de hospitales.
Marcela Barros recibe unos 10 llamados diarios de distintos lugares solicitándole audífonos. Luego de conocer la realidad del paciente, le son enviados por fax los estudios realizados y ella se pone en marcha para hacerle llegar el audífono. Es imprescindible reducir al máximo los viajes de los necesitados, ya que muchos no cuentan con dinero siquiera para poder trasladarse.
Marcela apadrina a 100 chicos. Son 100 personas que pueden oir gracias a que acceden a las pilas que necesitan los audífonos. 100 chicos que pueden aprender y establecer contacto con sus pares y su familia gracias a este compromiso regular.
Las buenas ideas son simples
Muchas personas quisieran hacer algo para ayudar a otros y no saben qué hacer. Un compromiso sostenido como comprar pilas todos los meses para que un niño pueda oir es un camino simple, que está al alcance de cualquiera.
Incluso para un grupo de compañeros de trabajo, de estudio, de amigos es posible reunir unos cuantos pesos mensuales y comprar pilas para llevarlas a la Casa Pastoral [Ituzaingó 90, San Isidro] y saber que se hizo algo bueno.
La pilas que utilizan la mayoría de los audífonos son las Nº 675 y Nº 13, y cuestan entre 3,50 y 4 pesos. Y un lugar de San Isidro, Relojería "Nina" [Belgrano 29] las vende a 2 pesos si son para este emprendimiento.
Si está dentro de tus posibilidades comprometerte para que mas niños y abuelos puedan tener una vida mejor, comunicate al mail 4742-6054 o desear_escuchar@yahoo.com.ar
