Desde 1960 se festeja el Día del Niño, a partir de una iniciativa de la cuestionable e ideologizada Organización de las Naciones Unidas (O.N.U.), para promover el bienestar de los niños, el reconocimiento y protección de sus derechos, acordados el año anterior.
Pero hace apenas 4 años, por iniciativa del gobierno de Alberto Fernández, apareció el rechazo del Día del Niño para imponer el Día de "las Infancias", una pieza más del alambicado mecanismo destructor de la sociedad que es la ideología de género.
El ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a través de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, decidió el cambio para ajustarlo a la perspectiva de géneros y diversidad.
El mismo funcionario Gabriel Lerner dijo"...queremos celebrar la diversidad de toda la niñez. Decir ‘niño’ no alcanza para representar las experiencias heterogéneas y múltiples de la niñez”.
"Las palabras que usamos para nombrarnos es la forma en que entendemos el mundo. El lenguaje cristaliza y reproduce desigualdades, y para el Ministerio de Desarrollo Social es muy importante poder trabajar desde la dimensión simbólica PARA TRANSFORMAR LA REALIDAD", explicó en aquel momento la secretaria de Articulación de Política Social, Erika Roffler.
Es claro que para los promotores del invento del "género", decir "niño" implica referirse al varón y descartar a la niña, porque "niñez" e "infancias" carecen de "o" y eso colabora con la afiebrada mirada "neutra" que se busca imponer en la sociedad.
Fueron momentos en donde se dio rienda suelta a la "e", a la "x", a la "@" (que los más radicalizados usaban y aún siguen utilizando) para quitar toda referencia a lo masculino, hasta el sinsentido.
No importa que la poco confiable O.N.U. (con su cuestionable UNICEF) siga promoviendo su ideologizado "Día Mundial de la Infancia" cada 20 de Noviembre (el día que en 1959 se aprobó la Declaración de los Derechos del Niño), y que algunos supongan que es ley en la Argentina lo de Día "de las infancias" o "de la niñez".
Darle lugar a los términos “infancia”, “infancias” (peor) o “niñez” en reemplazo del Día del Niño en los mensajes en redes sociales o en las actividades que se organicen desde instituciones o desde el Estado, es claudicar ante una ideología que todo lo pervierte, que rechaza la naturaleza, que odia especialmente al varón.
No es una cuestión de desconocimiento del idioma, como algunos suponen, es exactamente lo contrario. Los seguidores de la ideología de género saben que se piensa con palabras y que deformándolas, cambiándoles el sentido, resignificándolas, desvalorizándolas, se está alterando el pensamiento yla capacidad de entender.
Poco a poco se han venido familiarizando a la sociedad con la idea de que la naturaleza no es tan sabia y que se puede equivocar, que se puede tener un cuerpo de varón y sentirse mujer, y viceversa, que es posible “acomodar” esa situación hormonizando y mutilando.
Mientras tanto, los niños en la Argentina están lejos de ser una prioridad: Cada día 12 de ellos son asesinados antes de nacer en el sistema público y casi 6.000.000 viven en la pobreza.
Llamemos a las cosas por su nombre
El tercer domingo de Agosto no se celebra “la niñez” o “la infancia”, sino el “Día del Niño”, como tampoco se festeja el tercer domingo de Octubre el día de “la maternidad”, sino el Día de la Madre, y el 29 de Agosto no se celebra el día “de la abogacía”, sino “del abogado”.
El término “Niño” es claramente inclusivo porque así lo establece el idioma castellano. Si se habla de “ganado vacuno” no se excluye a las vacas como tampoco el “cuerpo médico” de un hospital deja de considerar a las profesionales de sexo femenino.
