Se asegura que sigue siendo pequeña la cantidad de gente que viaja en el asiento trasero con el cinturón de seguridad y que apenas el 60% lo hace en el asiento delantero.
Los riesgos son fáciles de comprender con un poco de atención y refieren al fenómeno físico de la inercia.
Cuando circulamos a 60 km/hora (la máxima en una avenida cualquiera), el auto, nosotros y todo lo que está dentro del auto viaja... a 60 km/hora.
Al chocar contra un objeto quieto, el auto se detendrá, pero nuestro cuerpo, el de nuestro hijo y cualquier objeto suelto que esté en el habitáculo seguirá viajando a la velocidad que venía y en la misma dirección, impactando contra lo que tenga adelante: el cinturón inercial (si estuviera colocado), el tablero, el parabrisas, el asiento de adelante o la cabeza de quien iba en él.
Como la magnitud de la fuerza de inercia está en directa relación con la masa del cuerpo y es proporcional a su aceleración, los objetos que están sueltos dentro del vehículo adquieren en el momento del impacto una fuerza cinética que transforma a los objetos en proyectiles mortales.
Si por ejemplo, viajamos a un poco menos de esa máxima de velocidad, a 50 km/hora, un perro de 20 kg puede pasar a pesar más de 1.000 kg, un paraguas más de 20, una linterna 50, un juego de llaves más de 30 y un niño 850 kg.
Un hombre de 98 Kg viajando a 36 Km/h, choca contra un objeto fijo. La fuerza contra la que impacta el volante es equivalente a 2.500 Kg. Imposible que sus brazos puedan frenar su cuerpo para que no se estrelle contra el volante o el parabrisas. Y si un adulto está detrás del conductor sin el cinturón de seguridad, al chocar puede provocar su muerte al pasar por encima o desplazar el respaldo de la butaca aplastando a quien está adelante.
Al doble de velocidad, la fuerza con la que impactan los objetos y las personas, dentro del vehículo, es 4 veces mayor.
¿Viste personas hablando por teléfono girando en esquina, con autos estacionados de ambos lados y en zona de colegios? ¿Viste padres llevando a su hijito en su falda mientras manejan? ¿Conocés gente que viaja en el asiento del acompañante o atrás y lleva a un bebé en brazos?
Los daños pueden en algunos casos no ser causantes de la muerte, pero las estadísticas también muestran que las lesiones pueden ser luxaciones, fracturas y hasta discapacidades permanentes.
Un bebé o un niño pequeño en un choque -incluso a velocidad no muy alta- es un proyectil que atravesará el parabrisas y seguramente morirá. O al menos tendrá lesiones muy severas. Lo mismo ocurrirá con una mascota.