San Isidro, Buenos Aires | |

 

 

 

 

 

 

     
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La tartamudez, un trastorno que puede tratarse y padecen más de 4.000 personas en San Isidro
   
Sobre un cálculo de 7.200.000.000 de habitantes, en el planeta casi 108.000.000 de personas tienen lo que se conoce como tartamudez, o disfluencia. Trasladando este porcentaje a San Isidro, estaríamos frente a 4.600 personas con este problema.

Este trastorno presenta básicamente dos variantes: la fisiológica –cuando en una etapa de crecimiento un niño demora en “acomodarse” a la cantidad de palabras que aprende y puede utilizar- y la otra tartamudez, que se mantiene en el tiempo.

En la disfluencia -señaló a Portal UNO la Licenciada en fonoaudiología y especialista en tartamudez, Elisabet Córdoba- no hay control y planificación del área motora del habla provocando falta de fluidez verbal. La estadística indica que el trastorno se da en 4 o 5 varones por cada mujer.

Si bien los estudios científicos confirman que hay una base genética (en los cromosomas 1, 13 y 17) para que aparezca la tartamudez debe haber un desencadenante emocional, es decir, lo psicológico no es la causa, pero si el resultado.


Algunos de los factores desencadenantes

El nacimiento de un hermano, una mudanza, el inicio del jardín, el fallecimiento de un ser querido, pueden ser factores que provoquen que el niño haga repeticiones de palabras, de frases, o sonidos”, aclara la profesional que desarrolla su actividad en el Hospital Ciudad de Boulogne [Av. Avelino Rolón 1240, Boulogne]. Con el tiempo puede ocurrir que el niño tenga miedo o vergüenza a hablar, que evite el contacto visual con las personas, que hablen a los papás al oído o se tapen la boca para hablar.

Por eso se considera que la tartamudez abarca cinco dimensiones: la motora, la cognitiva, la lingüística, la social y la psicológica.

En el comienzo, la tartamudez se manifiesta con repeticiones (de palabras o sílabas, “le cuesta arrancar”, “hace fuerza”) y la respuesta que esto provoca en los padres (ansiedad, preocupación, consignas o consejos sin asesoramiento profesional) es a su vez recibida por el niño con emociones de naturaleza negativa, y eso va contribuyendo a que avance el trastorno. Ante las repeticiones (3 ya son una señal de alarma) lo correcto es hacer una consulta con un fonoaudiólogo especializado quien decidirá o no la intervención. Por eso la importancia de la detección, orientación e intervención temprana.


Especialistas en tartamudez: algo difícil de encontrar

Según relata la lic. Córdoba, la especialidad es un seminario de posgrado para los que previamente se han formado como fonoaudiólogos. Lamentablemente, a pesar de la cantidad de casos que existen, los profesionales dedicados a este trastorno son pocos. Sobre todo en el ámbito público. De hecho, el Hospital Ciudad de Boulogne es el único establecimiento público de salud que cuenta con personal formado para atender la tartamudez.

Lo que agrava las dificultades de las familias es que, en general, las obras sociales no cubren los tratamientos para este trastorno y el costo de los mismos los hace difíciles de afrontar.

Los tratamientos pueden ser largos en comparación con otras dificultades fonoaudiológicas, pero hay casos detectados tempranamente en los que 3 meses y consultas de control alcanzan para ver avances importantes.

Luego de los 6 años el abordaje es diferente, lo mismo que para adolescentes y para adultos. En cada uno de estos casos se busca compensar la fluidez pero, más allá de los diferentes procedimientos profesionales, hoy por hoy, se trabaja desde la aceptación y, si se considera necesario, se trabaja conjuntamente con otras especialidades. Lo importante es que la persona se desarrolle como un ser íntegro en todos sus aspectos.

El reconocimiento del trastorno de la tartamudez es el camino para apuntalar los progresos que se pueden obtener con el tratamiento. Se trabajan las conductas, las emociones, los pensamientos, para evitar el asilamiento, el temor a pronunciar ciertas palabras, para que restablezcan el placer de comunicarse con el otro.

Afortunadamente, el abordaje de la tartamudez ha cambiado rotundamente con los años. Antes las técnicas que se utilizaban no daban resultados, luego de que las familias peregrinaban por distintas especialidades como pediatras, neurólogos y psicólogos. Nadie daba respuestas concretas al problema.

La consulta temprana –entre los 2 años y los 3 años y medio- previene muchos dolores de cabeza futuros. Para ello, la mamá debe estar atenta al sistema de comunicación de su hijo. Tiene que otorgarle tiempo y espacio para poder conversar, sobre todo cuando hay algún antecedente de tartamudez en la familia.


Importante: Qué no hacer

La Lic. Córdoba recalca que algunas indicaciones, aunque tengan buenas intenciones, son contraproducentes.

  • Decirle a un chico “pará, respirá, empezá de nuevo, quedate tranquilo” lo único que hace es condicionar de mal modo al niño y en nada lo ayuda.
  • No hay que completarle las frases, ni  interrumpirlos, ni corregilos.
  • No respetar los turnos al momento de dialogar, entorpece los avances.

Es importante prestar atención a qué está contando y no a cómo lo está haciendo, y sostener un generoso y afectuoso contacto visual, sobre todo cuando el niño está bloqueado.

Se sugiere, también, hablarle de forma más lenta y relajada, en especial cuando está teniendo un día difícil, considerando que la naturaleza de la tartamudez es cíclica.

Un trabajo en familia

Los tratamientos incluyen siempre a la familia. Superada la etapa inicial de conocimiento entre el paciente y el profesional, los padres son parte de cada sesión, ya que serán ellos los que prolonguen el tratamiento en el día a día del niño.

Pronto, anticipó la lic. Elisabet Córdoba, se pondrá en marcha un grupo de padres que les permitirá compartir sus experiencias y apuntalarse, apelando a la comprobada eficacia de la autoayuda.


Datos útiles:

1. Día Internacional de toma de conciencia de la tartamudez: 22 de Octubre.

2. Fonoaudiólogos con especialidad en tartamudez del ámbito privado en San Isidro:
• Beatriz Capurro de Russo: 4747-7527 / capurrobeatriz@hotmail.com
• María José Díaz Saubidet: 4737-1274 / majosedsc@hotmail.com

 
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