La "Escuelita de la Guitarra" fué la concreción de un viejo anhelo del profesor Luis Antonio Madormo, sanisidrense nacido el 23 de Septiembre de 1908 en la esquina de Ituzaingó y Rivadavia. Fue el primer hijo argentino de inmigrantes calabreses llegados unos meses antes a Buenos Aires. Tuvo, como muchos otros, una infancia y juventud difíciles. Como tantos, en su temprana adolescencia, se inició como aprendiz de herrero en el taller de Fariña en la calle Cosme Beccar y alternaba con grandes sacrificios el trabajo y el estudio.
Ávido lector, se apasionaba por la historia y los clásicos griegos. Por azar se encontró con la música y la guitarra ya que, niño aún, en la casona de los Banegas en la calle 9 de Julio -donde más tarde se instalaría el correo-, descubrió una guitarra, y al pasar sus dedos por las cuerdas quedó maravillado con su sonido.
Deseoso de aprender a tocarla, desechó lo común y conocido -los cantores guitarreros- y en busca de otra cosa acorde con su sensibilidad, llega a don Antonio Sinópoli, excelente guitarrista y compositor sanisidrense de trascendencia internacional. Con él realizó los primeros estudios y se instaló en su espíritu una pasión por el instrumento y la música clásica que lo acompañaría toda su vida.
Luego de unos años continuó sus estudios con José Casella, en su casa de la calle Alsina, y culminó su perfeccionamiento con el profesor Mariano Peralta, residente de Martínez.
En la década del '30, época tan difícil, tuvo que renunciar a su vocación para asegurarse la subsistencia. Fue herrero, plomero, inspector de O.S.N. y gastronómico; pero su amor y pasión por la música y la guitarra siguieron intactos. Le robó horas al descanso de sus largas jornadas laborales, y continuó en la intimidad con la práctica y el estudio.
En el año 1954 se dio la oportunidad tantos años deseada y esperada: dar lecciones de guitarra. Decidió hacerlo en su hogar de la calle Ameghino 185, Beccar, donde vivía desde 1938, año de su casamiento con Alicia Parada, profesora de violín, y que el destino quiso que se unieran también a través de la música.
En abril de 1954 una niña, hija de vecinos de la calle Suipacha, se inscribió como primera alumna; son las clásicas lecciones que se dictaban en el comedor familiar.
No tardaron en sumarse otros niños del barrio y en poco tiempo la vivienda se vio desbordada. En 1966 se decidió la edificación de una planta alta para la vivienda, y dejó la planta baja para la enseñanza.
Con un sistema y métodos propios creó "La Escuelita de la Guitarra". El sistema es único ya que reemplaza la tradicional lección semanal e individual por clases de una hora tres veces a la semana. En cada uno de los seis ambientes de la casa se instalaron atriles para varios alumnos, que se transformó así en aulas dirigidas y supervisadas por maestros y profesores.
En cuanto al método, cambió el clásico y tedioso inicio musical por melodías populares que él transcribía en simples y elementales de fácil ejecución que permitían al alumno, en poco tiempo, y en forma amena, iniciarse en el estudio de la música y ejecución de la guitarra
Con esto logró desmitificar el estudio de la música y el instrumento, y demostró que cualquiera puede aprender; formó así un alumnado cuyas edades variaban desde los seis a los setenta años.
Se habilitaron cursos nocturnos para aquellos que deseaban estudiar y sus ocupaciones no se lo permitían hacerlo en horarios diurnos.
Y así, ya construida bajo su exigente y estricta dirección, su esposa Alicia como profesora de teoría y solfeo, sus tres hijos como profesores, y los alumnos adelantados como maestros elementales, "La Escuelita de la Guitarra" inició su larga trayectoria.
En 1958, en el salón Don Bosco del Colegio Santa Isabel, se realizó el primer concierto con 30 alumnos en el escenario, acto que se repetirá en forma ininterrumpida en distintas salas de San Isidro hasta la década del '90.
El profesor Luis Antonio Madormo falleció en 1981 luego de casi tres décadas dedicadas a la docencia y composición. Entre sus numerosas obras, además del ya mencionado método de estudio, se destacan las de género popular, como varias milongas -entre ellas "San Isidro" dedicada a nuestra querida ciudad- estilos, rancheras, valses, y muchas otras obras clásicas como sonatas, fantasías, etc.
"La Escuelita de la Guitarra" prosiguió bajo la dirección de sus hijos Luis Alberto y Laura Rosa durante unos años más, con la satisfacción de haber cumplido con ese anhelo de enseñar y difundir el estudio de la guitarra, y continuar así la tarea que el maestro Antonio Sinópoli iniciara a principio del siglo XX, y con la gratificación de haber dejado un cálido recuerdo en los sanisidrenses y en cada alumno un amigo.
Se llegaron a formar dos generaciones, ya que ex-alumnos inscribieron, años más tarde, a sus hijos; nos encontramos así con una larga lista de discípulos que pasaron por sus aulas. Muchos de ellos hoy son notables miembros de la sociedad sanisidrense, como los médicos Ricardo Babich, Miguel Castro Ríos, Julio C. Lema, Daniel Tedesco, Marcelo Cosentino -excelente guitarrista, integrante del Trío de Guitarras de Buenos Aires- de destacada actuación en conciertos y grabaciones. Y una de las alumnas, Lidia Angelucci de Río (imagen), enseña guitarra en la lejana Esquel, en la provincia del Chubut.
Y para completar, rescatamos de los registros de la Escuelita apellidos como: Bettinelli, Busacchio, Capparelli, Dal Bosco, Fariña, Lamuedra, Lupacchini, Perrone, Prim, Puppo... entre tantos más.
-> Laura y Luis Madormo
Instituto de Investigaciones Históricas de Beccar
